“LOGROS Y RETOS DEL PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS ASENTAMIENTOS HUMANOS (ONU-HABITAT) EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO Y MUNDIAL” – GERMAN GARCIA DURAN 11/09/2003

CAMARA COLOMBIANA DE LA CONSTRUCCION (CAMACOL)

 

 

-CONGRESO DE CONSTRUCCION 2003-

 

“Construyendo País”

 

Septiembre 10 a 12 de 2003

 

 

 

  

LOGROS Y RETOS

DEL PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS

PARA LOS ASENTAMIENTOS HUMANOS (UN-HABITAT)

EN EL CONTEXTO LATINOAMERICANO Y MUNDIAL

  Por: Germán García Durán

       Presidente Ejecutivo

       Fundación Río Urbano

(Ex-Presidente de la Comisión de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos y del Comité Preparatorio y Comité Plenario de la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas que realizó, a través de la Conferencia “Estambul+5”, una revisión y evaluación de la implementación del Programa de Hábitat adoptado cinco años antes en la Conferencia Hábitat II celebrada en Estambul, Turquía)

 

 

 

Cartagena, Colombia

 

 

 

C O N T E N I D O

 

 

                                                                                             

                                                                                      Pág.

 

 

1. PREAMBULO…………………………………………………………………………….   

 

 

2. MANDATO Y ACTIVIDADES…………………………………………………….   

 

 

3. CONTEXTO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE…………………….    

 

 

4. DE ESTAMBUL A ESTAMBUL + 5……………………………………………   

 

 

5. FORTALECIMIENTO DE UN-HABITAT Y SUS

    ESTRUCTURAS DE GOBIERNO……………………………………………….  

 

 

6. DECLARACION DEL MILENIO Y CUMBRE MUNDIAL

    SOBRE DESARROLLO SOSTENIBLE……………………………………….  

 

 

7. VISION ESTRATEGICA……………………………………………………………  

 

 

8. CONCLUSION…………………………………………………………………………. 

 

 

 

1. PREAMBULO

 

Constituye para mí un alto honor dirigirme a este magno congreso de la Cámara Colombiana de la Construcción, que se realiza en momentos en que nuestro país recobra con firmeza la esperanza, como lo demuestran las estadísticas, que señalan una saludable reacción de numerosos índices económicos y sociales, entre ellos los relacionados con la construcción.

 

Represento en esta sala, con el auspicio de Naciones Unidas, a la Fundación Río Urbano, organización sin ánimo de lucro que se ocupa, entre otras cosas, de prestar asistencia en materia de servicios públicos, salud y vivienda a comunidades pobres ubicadas en proximidad de fuentes de agua contaminadas o peligrosas.

 

Pero mi presencia aquí no tiene por objeto referirme a la entidad que presido, sino al Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), órgano ante el cual representé a mi país durante cerca de once años en Nairobi, Kenia. En ese lapso, que llegó a su término recientemente, tuve oportunidad de presidir por varios períodos el Comité de Representantes Permanentes ante la institución, igualmente el Grupo de los 77, constituido por los países en desarrollo, y también la Comisión de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos y los Comités Preparatorio y Plenario de la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, realizada en Nueva York, que hizo el análisis y revisión de la implementación del Programa del Hábitat adoptado cinco años antes en la Conferencia Hábitat II celebrada en Estambul, Turquía.

 

2. MANDATO Y ACTIVIDADES

 

El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU-HABITAT, tiene como ámbito de acción los conglomerados urbanos con sus múltiples problemas físicos, económicos y sociales. Su mandato consiste en promover la búsqueda de sustentabilidad ambiental para pueblos y ciudades, incluyendo ésta el disfrute de vivienda adecuada por todos sus habitantes.

 

En desarrollo del anterior mandato, ONU-HABITAT participa en programas de rehabilitación de tugurios, políticas y estrategias de vivienda, impulso del derecho a la vivienda, promoción de ciudades sostenibles, planeamien-to y manejo ambiental, administración de tierras en situaciones pos-conflicto, reconstrucción de vivienda en países devastados por la guerra o desastres naturales, promoción de la construcción de acueductos, obras de sanidad ambiental y manejo de residuos sólidos, entrenamiento de líderes locales y fortalecimiento de sus capacidades, impulso a los derechos de la mujer y otros temas de género, lucha contra el crimen urbano, investigación y seguimiento del desarrollo económico urbano, creación de empleo, reducción de la pobreza, sistemas financieros para vivienda y administración municipal, inversión en proyectos urbanos, fortalecimiento de los nexos entre el campo y las áreas urbanas, desarrollo de infraestruc-tura y mejoramiento de la eficiencia del sector público.

 

Para desarrollar su trabajo, ONU-HABITAT cuenta, en adición a sus oficinas centrales en Nairobi, con tres oficinas regionales y siete de enlace e información, cubriéndose así casi todo el planeta. Entre las primeras, es de especial interés para nuestro país la Oficina Regional para América Latina y el Caribe, ubicada en Río de Janeiro, Brasil, ya que ella dirige y supervisa los proyectos de la entidad que se realizan en Colombia.

 

Además de contar con las anteriores oficinas, ONU-HABITAT ha iniciado en asocio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) un proceso de apertura de oficinas de coordinación de programas en los niveles nacionales, habiéndose recientemente inaugurado la correspon-diente a Colombia, a través de la cual con seguridad se incentivarán las actividades de ONU-HABITAT en nuestro país. Esta alianza entre el PNUD y ONU-HABITAT busca dar apoyo al gobierno de Colombia en su política sectorial. La oficina hará igualmente un seguimiento a los avances hacia el logro de las metas del milenio, en particular lo correspondiente a la lucha contra la pobreza. Como coordinador de la oficina ha sido designado el economista Fabio Giraldo Isaza, ex-viceministro de Desarrollo Económico y destacado profesional del sector de asentamientos humanos, quien nos acompaña en este Congreso de Construcción.

 

En cuanto al presupuesto bienal a nivel mundial de ONU-HABITAT, éste es actualmente de 300 millones de dólares, de los cuales el 80% se destina a cooperación internacional, el 10% está constituido por contribuciones atadas a proyectos específicos, 5% se destina a la ejecución del Programa Bienal aprobado por el Consejo de Administración y el 5% restante se invierte en administración.

 

3. CONTEXTO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE

 

La región de América Latina y el Caribe es de las más afectadas por los problemas que el Programa de Hábitat busca resolver. Basta examinar algunas cifras para hacerse una idea de la difícil problemática que afronta nuestra región:

 

En materia de urbanización, de las 10 ciudades más populosas del mundo tres son latinoamericanas, congregando entre estas últimas una población total de cerca de 50 millones de habitantes. Actualmente se estima que la población de América Latina y el Caribe es urbana en más del 75%, con tendencia al alza, sobrepasando el 80% en unos 15 años; estos niveles son mucho más críticos que el promedio general de urbanización para el planeta, que si bien es alto, no llega aún al 50%.

 

Para complicar las cosas, la creciente urbanización en América Latina y el Caribe se refuerza con la migración y desplazamiento del campo a la ciudad, que aún son factores importantes en algunos países, entre ellos Colombia, generándose tasas promedio de crecimiento rural que han sido negativas en los últimos años, con tendencia a serlo aún más; estas tasas se comparan desfavorablemente con el promedio mundial, que es positivo, y con el promedio para el mundo en desarrollo, que es también positivo. La reducción de la población rural, con sus serias implicaciones, es un problema que debe atraer acciones prontas y concretas de los gobiernos de la región para contrarrestarlo.

 

Por otra parte, la concentración de la población en pocas ciudades de cada país es un fenómeno casi generalizado en América Latina y el Caribe, exceptuando algunos países, como Brasil y Colombia, donde las ciudades proliferan. Se observa, en términos generales, un crecimiento desmedido de las capitales latinoamericanas, notándose que diez de ellas absorben cada una más del 40% de la población de los respectivos países, llegando dos de dichas capitales a agrupar más del 70% de las correspondientes poblaciones nacionales. Además, son muchas las ciudades de nuestra región que se acercan al millón de habitantes o lo exceden; cuatro de ellas cuentan con más de diez millones de habitantes cada una, 47 están en el rango entre uno y diez millones, entre ellas las cinco grandes ciudades colombianas, y 52 ubican sus poblaciones entre 500.000 y un millón de habitantes.

 

En materia de vivienda, sin pretender cubrir todo el déficit sino manteniendo las tendencias de crecimiento existentes, se espera que en América Latina y el Caribe se construyan en los próximos cinco años cerca de 20 millones de unidades, lo cual contrasta con los 10 millones requeridos en Estados Unidos y Canadá juntos y los 15 millones estimados para toda Europa. Como es usual en el poco equitativo mundo actual, con recursos más limitados tendremos que hacer mucho más para atender nuestras necesidades de vivienda que lo correspondiente a los países desarrollados para atender sus propias necesidades en esta área.

 

 

 

En cuanto a los déficits de vivienda adecuada, es difícil estimarlos pues habría que empezar por definir con claridad qué constituye vivienda adecuada y establecer si las personas que carecen de una vivienda así definida pueden ser consideradas como personas sin vivienda. Mientras estos términos se precisan, es claro para nosotros que miles de personas, en su mayoría niños, mujeres y ancianos, viven en las calles de nuestras ciudades y carecen de toda forma de vivienda, adecuada o inadecuada. La indigencia es un problema extremadamente crítico en todo el planeta, del cual América Latina y el Caribe no se salvan; es urgente diseñar programas que atiendan las necesidades básicas de quienes deambulan por nuestras ciudades sin futuro aparente, especialmente los desplazados forzosos y los niños de la calle, quienes sobreviven en condiciones infrahumanas en un ambiente dominado por la miseria, la mendicidad, la prostitución, la drogadicción, la criminalidad y la insalubridad. Esta situación constituye una verdadera bomba de tiempo que puede llegar a tener implicaciones muy graves en todo nuestro tejido social.

 

En cuanto a la marginalización de la mujer, otro de los serios problemas de los asentamientos humanos en el mundo, la región de América Latina y el Caribe presenta acciones concretas para solucionarlo. Sin embargo, debemos reconocer que en nuestra región aún se discrimina a la mujer, en la práctica sus derechos se consideran más limitados y en general no se le remunera ni se le da acceso al trabajo de manera equitativa desde los puntos de vista cuantitativo y cualitativo. Los esfuerzos encaminados a lograr la igualdad y equidad de género deben continuar siendo bandera de nuestros gobiernos hasta que se logre corregir las injusticias que tradicionalmente han existido en este campo.

 

Buscando ser breve, he citado apenas algunos de los problemas existentes en los conglomerados urbanos de nuestra región de América Latina y el Caribe que atraen la atención de ONU-HABITAT; si a estos problemas se suman otros de carácter administrativo, financiero, ambiental, social, físico y de exclusión ciudadana y se añaden también los que en estas áreas afectan al resto del mundo, se comprende que el reto para este organismo multilateral es gigantesco. A continuación explicaré la manera como la entidad se ha fortalecido a través de promisorios logros en conferencias internacionales recientes, que han generado una exitosa reforma de las estructuras de gobierno y administración del organismo, habilitándolo así para afrontar este reto con mayor solvencia y preparación.

 

 

4. DE ESTAMBUL A ESTAMBUL + 5

 

La Conferencia de Estambul sobre los Asentamientos Humanos, denominada Hábitat II, se realizó en 1996 en conmemoración de los 20 años de la Conferencia de Vancouver que creó la Comisión de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos y el Centro Hábitat. La Conferencia Hábitat II hizo una revisión de los avances mundiales en la solución de los problemas de los conglomerados urbanos y trabajó en torno a dos temas centrales: Vivienda para Todos y Asentamientos Humanos Sostenibles en el Nuevo Milenio.

 

La Conferencia produjo dos documentos multilaterales fundamentales: la Declaración de Estambul, de una parte, y el Programa del Hábitat, mejor conocido como Agenda del Hábitat, de la otra. El primer documento, de carácter político, destaca en términos generales los grandes problemas y soluciones, transmitiendo un espíritu de solidaridad poco común entre el mundo desarrollado y el mundo en desarrollo. El segundo documento, el Programa del Hábitat, detalla minuciosamente todas las acciones requeridas para afrontar los retos en materia de asentamientos humanos en el nuevo milenio. El Programa del Hábitat se ha convertido con el tiempo en una verdadera Biblia del sector, orientando a los gobiernos, tanto de países en desarrollo como desarrollados, en sus acciones tendientes al mejoramiento de las condiciones de vida en los conglomera-dos urbanos.

 

La Conferencia Hábitat II produjo también, por primera vez en este tipo de eventos, un informe de origen no gubernamental preparado por los socios de ONU-HABITAT, a saber: los organismos no gubernamentales, las organizaciones comunitarias de base y las autoridades locales. Con este trabajo nació la actitud hoy denominada “espíritu de Estambul”, que congrega a gobiernos nacionales, gobiernos locales y sector privado en la solución mancomunada de los problemas urbanos.

 

La Conferencia determinó que cinco años después, en otras palabras, en 2001, se hiciera por la Asamblea General de las Naciones Unidas una evaluación y revisión de la implementación del Programa del Hábitat. Esta Sesión Especial de la Asamblea General, informalmente denominada “Estambul + 5”, se realizó con sumo éxito en Nueva York luego de un proceso preparatorio de dos años que estuvo concentrado principalmente en Nairobi.

 

Los resultados más importantes de “Estambul + 5” se recogen en la “Declaración sobre las Ciudades y otros Asentamientos Humanos en el Nuevo Milenio”, que lejos de ser un documento exclusivamente filosófico y conceptual como su contraparte de Estambul, es más bien un compendio de acciones prácticas para dar impulso a la implementación del Programa del Hábitat. Destaco a continuación algunas de las más importantes decisiones adoptadas en este documento:

 

-          Sobre el tema del buen gobierno urbano, se aprobó lo siguiente: “Reconocemos que el buen gobierno, dentro de cada país y en el plano internacional, es esencial para hacer frente al problema de la pobreza urbana y al de la degradación del medio ambiente y para aprovechar las oportunidades que puede abrir la globalización”.

 

-          En cuanto respecta a la deuda externa del mundo en desarrollo, se acordó esta expresión: “Subrayamos que la comunidad internacional debería considerar nuevas medidas, según proceda, que conduzcan a soluciones duraderas en relación con la carga de la deuda externa de los países en desarrollo”.

       

-          En relación con la destinación del 0.7% del PIB de los países desarrollados como asistencia oficial al mundo en desarrollo, se optó por lo siguiente: “pedimos a los países desarrollados que todavía no lo hayan hecho que redoblen sus esfuerzos para lograr lo antes posible el objetivo acordado del 0,7% y, dentro de dicho objetivo, cuando así se haya acordado, asignar del 0,15% al 0,20% de su producto nacional bruto a los países menos adelantados”.

 

-          Sobre el establecimiento de un Fondo Mundial de Solidaridad para la erradicación de la pobreza, la reunión exteriorizó así su posición: “observamos con agrado las consultas que está celebrando el Secretario General acerca del establecimiento de un fondo de solidaridad mundial para la erradicación de la pobreza”.

 

-          En cuanto respecta a la autonomía para los gobiernos locales, la reunión respaldó los procesos de “descentralización eficaz”.

 

-          En lo atinente a los derechos de la mujer, se incluyó, de un lado, la siguiente expresión general: “Nos comprometemos a formular y fortalecer políticas y prácticas que promuevan la participación cabal y en base de igualdad de las mujeres en la planificación y adopción de decisiones sobre asentamientos humanos”. De otra parte, se incluyó también en el texto la decisión de “realizar reformas legislativas y administrativas para proporcionar a las mujeres acceso pleno e igualitario a los recursos económicos, así como al derecho a heredar y poseer tierras y otras propiedades, al crédito, a los recursos naturales y la tecnología apropiada y a la seguridad de tenencia y la concertación de acuerdos contractuales”.

 

-          En lo concerniente a la política de refugiados y la cuestión del terrorismo, se acordó respaldar los derechos de las personas que viven bajo ocupación colonial o extranjera y extender protección a los civiles de conformidad con lo especificado por la Convención de Viena, y se decidió “tomar medidas concertadas contra el terrorismo internacional” y “fortalecer la cooperación internacional mediante la distribución de la carga en los países que acogen refugiados”.

 

-          En relación al último punto en discusión, el fortalecimiento de la Comisión y del Centro de las Naciones Unidas para los Asentamien-tos Humanos -CNUAH (Hábitat)-, se acordó solicitar al Secretario General preparar un informe al respecto con destino a la Asamblea General, con lo cual se abrieron las puertas para un real fortalecimiento del Centro Hábitat y de su órgano político rector, la Comisión de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, como efectivamente ocurrió meses más tarde.      

 

5. FORTALECIMIENTO DE ONU-HABITAT Y SUS ESTRUCTURAS DE      

    GOBIERNO.

 

Concluida la Conferencia Hábitat II en Estambul en 1996, el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, a pesar del mandato recibido de la Conferencia, consistente en servir de punto focal para la implementación del Programa del Hábitat, experimentó visible deterioro al reducirse los aportes de la comunidad internacional a sus programas y al no adaptar oportunamente sus estructuras a los nuevos retos planteados.

 

Esta etapa crítica empezó a superarse al ser designado como Director Ejectutivo encargado de la entidad el ex-ministro alemán Klaus Töpfer, a su vez Director Ejecutivo en propiedad del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), quien introdujo un proceso de revitalización del organismo que rápidamente empezó a generar frutos a través de la consecución de recursos nuevos, la reorganización de las dependencias de la entidad y el enfoque más claro en temas claves. Este proceso fue continuado con éxito por la Directora Ejecutiva designada en propiedad, Dra. Anna Kajumulo Tibaijuka, ciudadana de Tanzania con gran trayectoria internacional, quien al mismo tiempo introdujo nuevas reformas y preparó la entidad para asumir el reto presentado por la conferencia Estambul + 5.

 

Simultáneamente, el Comité de Representantes Permanentes avanzó en su consolidación, logrando eventualmente que la Asamblea General de Naciones Unidas lo reconociera como órgano oficial adscrito a la Comisión para los Asentamientos Humanos.

 

Seguidamente y una vez terminada la Sesión Especial denominada “Estambul + 5”, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, presentó su informe en el cual recomendó un decisivo fortalecimiento de ONU-HABITAT y de su sistema de gobierno. Al acoger este informe, la Asamblea General expidió la Resolución A/56/206 mediante la cual elevó el Centro a la categoría de Programa, subiéndolo dos niveles dentro de la organización de las Naciones Unidas, y al mismo tiempo convirtió la Comisión en un Consejo de Administración adscrito directamente a la Asamblea General y no al Consejo Económico y Social (ECOSOC), como lo estaba la Comisión.

 

Es claro entonces, desde el punto de vista institucional, que la entidad ha pasado a ser una de mayor categoría, con mejores perspectivas para su accionar y merecedora de mayor respeto entre la comunidad internacional. De otro lado, el organismo se beneficia enormemente de la valiosa experiencia adquirida por su predecesor, el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, que durante veinticinco años manejó estos temas  en todo el planeta.

 

6. DECLARACION DEL MILENIO Y CUMBRE MUNDIAL SOBRE DESARROLLO                  

    SOSTENIBLE.

 

Otras dos conferencias mundiales recientes influyeron notablemente en el fortalecimiento del mandato de ONU-HABITAT: la Cumbre de Jefes de Estado en Nueva York en el año 2000, que expidió la “Declaración del Milenio”, y la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, realizada en Johanesburgo en 2002 en conmemoración de la Conferencia de Río de Janeiro sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada diez años atrás.

 

La primera de estas cumbres asignó a ONU-HABITAT, junto con otras entidades, la enorme tarea de mejorar, en los temas que les incumben, la calidad de vida de al menos 100 millones de habitantes de tugurios antes del año 2020. Este mandato convierte a ONU-HABITAT en una de las agencias con mayores responsabilidades en el combate de la pobreza urbana. Para acometer esta tarea, ONU-HABITAT, el Banco Mundial y varios gobiernos de países desarrollados han creado la “Alianza para las Ciudades”, que ya desarrolla numerosos planes concretos hacia el cumplimiento de este objetivo.

 

De otro lado, ONU-HABITAT interviene también en el logro de otras metas fijadas por la cumbre, como son el incremento del servicio de agua potable en zonas marginadas urbanas y la provisión de saneamiento básico en tales zonas.

 

En cuanto a la segunda de las cumbres citadas, la realizada en Johanesburgo, ésta reafirmó las metas trazadas por la Cumbre del Milenio y añadió otras, como la reducción a la mitad, hacia el año 2015, del número de personas sin acceso a sanidad ambiental, responsabilidad que también cae mayormente en ONU-HABITAT.

 

Además, la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible acordó fortalecer a ONU-HABITAT, lo mismo que a otros organismos, para que puedan atender los retos que presenta el nuevo milenio. También decidió realzar el papel de las autoridades locales y de las asociaciones que involucran estas autoridades y otros niveles gubernamentales, como se solicita en el Programa del Hábitat acordado en la Conferencia de Estambul.

 

Finalmente, la Declaración Política de la Cumbre de Johanesburgo acogió las inquietudes de ONU-HABITAT, en particular lo atinente a la reducción de los déficits de vivienda adecuada.

 

7. VISION ESTRATEGICA

 

Con nuevo vigor e impulso ganados a través de su fortalecimiento institucional y de las mayores responsabilidades que le han sido asignadas, ONU-HABITAT ha venido lanzando mundialmente dos grandes campañas: la concerniente a Gobierno Urbano y la relativa a Tenencia Segura. Con la primera de estas campañas se busca mejorar los gobiernos locales combatiendo la corrupción, la intolerancia y la mala administración, para que éstos puedan atender con mayor eficiencia y eficacia a las comunidades a las cuales sirven. La segunda campaña tiene por objeto garantizar que se respete el derecho a la vivienda de quienes la han adquirido, la tienen en arriendo o la ocupan en terrenos baldíos. Se trata de protegerlos de los inhumanos actos de lanzamiento, buscando preferi-blemente que se legalice su situación o se les ofrezcan alternativas concretas.

 

Las estrategias para reducir la pobreza urbana se derivan de la comprensión adecuada de las actuales condiciones y tendencias urbanas y de las normas y principios que guían a las Naciones Unidas en su respuesta a estos retos. En este contexto, ONU-HABITAT ha enfocado sus estrategias de trabajo en la siguiente forma:

 

  • Divulgación de conocimientos e información, expandiendo la comprensión global del desarrollo urbano, la vivienda y la pobreza y haciendo seguimiento a la implementación del Programa del Hábitat adoptado en Estambul;

 

  • Desarrollo de normas para la urbanización sostenible y la reducción de la pobreza urbana, con base en las dos campañas globales y numerosos programas a nivel mundial;

 

  • Cooperación técnica para ligar las normas y metas de las campañas y programas a las actividades de reducción de la pobreza urbana en el terreno;

 

  • Financiamiento innovador de la urbanización y de la atención de las necesidades específicas de vivienda de los pobres urbanos; y

 

  • Alianzas estratégicas para conseguir recursos y coordinar acciones internacionales que buscan fines similares.

 

8. CONCLUSIONES

 

Hemos visto a través de este trabajo cómo el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT) ha experimenta-do una positiva transformación en los últimos años, ganando credibilidad y apoyo de la comunidad internacional. El momento es adecuado para que Colombia fortalezca su relación con este organismo internacional y acometa numerosas acciones con el respaldo de esta institución. El combatir la pobreza con el enfoque adoptado por ONU-HABITAT nos conducirá a contribuir a la consolidación de la “filosofía de solidaridad” promulgada por la Declaración de Estambul, para que marchemos hacia la “construcción mancomunada de un mundo en el que todos disfruten de un hogar seguro con la promesa de una vida decorosa en condiciones de dignidad, buena salud, seguridad, felicidad y esperanza”.

 

Muchas gracias.

 

GERMAN GARCIA DURAN

Presidente Ejecutivo

Fundación Río Urbano