Sergio Rangel

Tras la huella de un caminante

 

Tomado de: Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 31 de enero de 2016

En el siglo XIX Geo Von Lengerke un joven aristócrata alemán llega al Estado Soberano de Santander en un azaroso viaje como refugiado. Se encuentra con una tierra devastada por sucesivas guerras civiles, casi que su suelo rojizo es la sangre derramada. Montañas imposibles, precipicios de miedo. Se enamora del paisaje, de las lejanías y sus soledades, de la selva, del sonido aterrador de Rios impetuosos. Ah, y de su Constitución (1857) que adoptaba como hijo a quien pisara su tierra. Los caminos, su obsesión, y fue como soñar entre las manos los cabellos desatados de una mujer sin encontrarla.

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Sambingo, otro río que se va

Sambingo, otro río que se va 

Por: Roberto Ramírez

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 Es mucho lo que debo agradecerle a mis amigos por informarme acerca de desastres ecológicos y en pocas ocasiones de la manera como se recuperan cuencas, ríos y humedales, manglares y lagunas. 

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"La playa" crece en la Amazonia de Colombia por la minería ilegal

Campo Alegre (Colombia) (AFP) - Lo llaman la "playa", pero el hueco de arenas blancas y aguas negras en medio de la selva amazónica de Colombia es una mina ilegal, fuente de financiación creciente de grupos armados irregulares y con efectos nefastos para el pulmón del planeta.

Al igual que las "playas", las "dragas", plataformas con tuberías que bombean arena y oro de los ríos, proliferan en la reserva natural de Puinawai, una de las mayores áreas protegidas de Colombia, en el aislado departamento de Guainía (este).

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EL QUIMBO

Gustavo Álvarez Gardeazábal


La Corte Constitucional, aferrada a la norma, determinó que el gobierno nacional se saltó la ley al autorizar por decreto el funcionamiento de la hidroeléctrica del Quimbo en el Huila pues un Tribunal de ese departamento había prohibido, con anterioridad, que se fuera a prender la poderosa planta de 400 megas.

En un gobierno responsable, es decir en todo aquél donde quien la embarra sale a responder por su equivocación, los que le redactaron semejante exabrupto al presidente Santos deberían poner la cara, pero en esta blandenguería que nos gobierna da lo mismo que haya sido otro error de la Secretaria Jurídica o del Ministro de Minas, a ellos no les dicen nada, son los calaveras de la Casa de Nariño. 

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